jueves, 18 de noviembre de 2010

Érase una entrevista...

En mi opinión una entrevista de trabajo no tiene por qué suponer un impedimento para conseguir un empleo, sino un incentivo, un punto a favor, y porque no, una oportunidad para desatarte interiormente. Jugamos fuera de casa, pero jugamos,. Aquí tenemos las riendas, es nuestra vida, lo único que tenemos que hacer es exponerla. Es obvio que te quieran conocer antes de contratarte. Si yo estuviera en el lugar del entrevistador, querría saber qué tipo de personas/ ajes tengo a mi lado trabajando.

Por mi parte, en una entrevista de trabajo utilizaría en todo momento la empatía. Sin ello querer decir, que vaya a mentir por no querer decir algo que no guste del todo. Creo que lo más importante en una entrevista de trabajo  es estar muy seguro de ti mismo, con confianza y sin titubeos. No hay que sentirse inferior a nadie. La ambición, no es un defecto sino una virtud si la reconducimos por el buen camino, es decir, no queremos ser “trepas”. 


Por otra parte me parece muy correcto uno de los apuntes que dice uno de los enlaces. El de aprenderme los nombres de todos los que en ese momento me estén entrevistando, puesto que es muy desagradable, tanto en la entrevista como en la vida cotidiana, tratar con una persona sin que esta sepa tu nombre o no sabiendo tú el nombre de dicha persona tratada. No hay que irse por las ramas; contestaría las preguntas, no de manera rápida y corta, pero sí de manera simple y clara. Hay que recordar que no es un monólogo, ni una conversación, a no ser que el entrevistador así lo quiera.
Por supuesto trataría con mucho respeto a las personas que tengo delante, dejándome el “buen rollito” en casa. Y por descontado, no trataría a mi puesto de trabajo como una manera fácil de ganar dinero, aburrida, sin recorrido, estancada y sin aspiración (en plan: llego a la oficina, hago mis ocho horas diarias y antes de que sea en punto me voy a mi casa). Lo que yo querría es involucrarme en la empresa, hacerme notar, y querer lo mejor para ella, aguantar en los malos momentos, ir ascendiendo y convertirme en un eslabón importante. Ese compromiso intentaré dejarlo patente en la entrevista, como complemento a alguna de las preguntas.

Respecto al aspecto físico, no me preocupa en exceso, puesto que los chicos tienen un tipo de ropa estandarizada para estas ocasiones, como son los trajes, pero si la empresa es más bien informal, y nadie va allí vestido de traje, supongo que una camisa no vendría nada mal para dicha ocasión. Elegante pero no demasiado, a la altura de la situación.

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